Estadio Municipal Zaragoza – descripción del proyecto

Los primeros anuncios sobre la construcción de un nuevo estadio en Zaragoza se produjeron durante la candidatura (fallida) de España para albergar la Eurocopa 2004. La delegación de la UEFA que visitó La Romareda en aquel momento consideró que el recinto no cumplía los requisitos, por lo que se prometió que se construiría un nuevo recinto en Zaragoza si España era seleccionada.

La Eurocopa 2004 fue finalmente para Portugal, pero el tema de un nuevo estadio en Zaragoza se retomó pronto.

Los primeros planes concretos para construir un nuevo estadio llegaron durante el mandato de José Atarés como alcalde de Zaragoza (2000–2003). Atarés anunció la construcción del nuevo estadio pocos meses después de su elección, en septiembre de 2000.

En diciembre de 2002 fue convocado un concurso de arquitectura, cuyo ganador fue el estudio del arquitecto catalán Ricardo Bofill.

El estadio debía albergar a 42.000 espectadores y costar 47 millones de euros. Se trataba de un diseño para un estadio funcional de cristal y hormigón, bastante moderno y económico al mismo tiempo. La instalación debía tener un techo de cristal que cubriera la mayor parte del auditorio, así como aparcamientos subterráneos.

El estadio iba a construirse en el barrio suroccidental de Valdespartera. El proyecto se financiaría con la venta del estadio existente, que sería sustituido por cerca de mil viviendas nuevas.

El proyecto fue objeto de disputas políticas, con el PP y el PAR a favor y el PSOE y CHA en contra. En el verano de 2003, tras las elecciones municipales, la oposición resultó demasiado fuerte y el proyecto se vino abajo.

Tras otros intentos infructuosos, la construcción de un nuevo estadio en Zaragoza no se logró hasta 2024, en relación con los preparativos del Mundial de 2030.