Michigan Stadium – descripción del estadio

La decisión de construir un nuevo estadio para los deportes de la Universidad de Michigan se tomó a mediados de 1926 y los trabajos en la visión de Fielding Yost comenzaron en los meses siguientes. Bueno, no exactamente en su visión, sino en lo que los regentes de la universidad aprobaron.

Eso significaba que en lugar de tener una capacidad de 100 000-150 000 espectadores, el estadio tendría "solo" 72 000 en el punto de partida. Sin embargo, Yost logró agregar algunas filas más cuando los regentes aprobaron filas temporales de madera en la parte superior del estadio, lo que significó que el estadio alcanzó los 84,400 espectadores antes de su apertura en 1927.

Aunque este estadio se inspiró en el Yale Bowl, tenía importantes diferencias. Una de ellas era la forma rectangular del tazón en lugar de ovalada. Otra: todas las 72 filas inicialmente planificadas estaban diseñadas por debajo del nivel del suelo, creando el tazón hundido más grande de aquella época. Curiosamente, un manantial subterráneo que corría bajo el estadio causó grandes problemas con el nivel del agua y provocó que una grúa se hundiera en la arena movediza. Esa grúa descansa debajo del campo hasta el día de hoy.

Financiado privadamente por la universidad (3000 bonos), el estadio había costado $950 000 antes de su apertura, pero pasó por numerosas obras de renovación gradualmente. En 1930, se convirtió en el primero en los EE. UU. en mostrar la hora con una pizarra electrónica. Con el paso de los años, se agregaron más filas sobre un marco de acero y en 1956, después de que se agregó una caseta de prensa, el edificio finalmente alcanzó el sueño de Yost de una capacidad de 100 000 espectadores.

La mayor reurbanización hasta la fecha se realizó recientemente y comenzó en 2006. Se construyeron dos grandes pabellones en los lados oeste y este del estadio, elevando la capacidad a casi 110 000 espectadores. Lo que también aumentaron fue el potencial comercial del estadio, que desde entonces ofrece hospitalidad corporativa premium y zonas de medios por un total de $226 millones.

La inmensa escala de este estadio y la demanda de juegos en él se demuestran quizás mejor por la increíble racha de juegos con más de 100 000 personas. Desde noviembre de 1975, no ha habido ningún juego con una audiencia menor que esa, lo que significa casi 300 juegos para los Wolverines. Como si esto no fuera suficiente, en 2013 el estadio rompió el récord de todos los tiempos para cualquier juego de la NCAA y la NFL con más de 110 000 espectadores.