Joan C. Edwards Stadium – descripción del estadio

En la década de 1980 surgieron planes para abandonar el antiguo Estadio Fairfield, principalmente debido a su impopular ubicación fuera del campus de la Universidad Marshall. En 1989, la universidad obtuvo financiamiento para construir un nuevo recinto, emitiendo bonos por un total de $70 millones, de los cuales $30 millones se destinaron exclusivamente al estadio.

Con una clara planificación para tres áreas de terreno (estacionamiento, estadio y campos de entrenamiento, vistos desde el oeste), y con el financiamiento asegurado, la universidad seleccionó contratistas generales en junio de 1990 y comenzó la construcción en julio del mismo año. En poco más de un año, la estructura estuvo lista.

Se esperaba que el moderno estadio, con dos grandes gradas en los lados oeste y este, pudiera albergar a 30 000 personas. Sin embargo, los arquitectos admitieron tarde en el proyecto que no sería posible. Debido a un error en el cálculo de los asientos en el área central de la grada oeste, la capacidad real era de 28 000 personas.

A pesar de que el diseño inicial quedó con 2000 asientos menos de la meta de la universidad, esto llevó a la primera expansión en 1994, donde se añadió el número faltante de asientos. Pero Marshall no se detuvo ahí. En el año 2000, el extremo sur alcanzó la altura de los dos lados existentes, lo que incrementó la capacidad del edificio a más de 38 000 personas. Las futuras expansiones están algo limitadas debido a que el extremo norte está cerrado por las instalaciones administrativas y deportivas de la sección de fútbol de la universidad.

Es interesante destacar que el estadio es uno de los pocos que lleva el nombre de una mujer. Joan C. Edwards, una filántropa, junto con su esposo, donó un total de $65 millones a la universidad. El campo de juego lleva el nombre de su esposo, James.