Estádio Olímpico Monumental – descripción del estadio

Cuando el arquitecto Plinio Oliveira Almeida fue seleccionado para diseñar el futuro estadio del Grêmio en 1950, seguramente no esperaba que su trabajo llevara 30 años. Sin embargo, este fue el caso a pesar de que el estadio se inauguró en 1954 y estuvo en uso constante.

Al momento de la inauguración, no todas las gradas estaban en su lugar, pero aun así el estadio se consideraba el estadio privado más grande del mundo. Solo en 1980 se agregó la última parte de la tribuna superior, cerrando el estadio y terminando el trabajo de Almeida.

El estadio albergó una variedad de eventos, incluyendo conciertos y la Universiada de 1963, pero sin duda el fútbol siempre fue el más importante. En la década de 1980, los partidos solían atraer a más de 80 000 personas, con un récord extraoficial de más de 98 000 asistentes (la asistencia oficial fue de 85 751).

Debido a su forma "olímpica", las gradas están bastante alejadas del campo, alcanzando los 40 metros en su punto más lejano. Sumado a la baja inclinación de las gradas, este no es un estadio con una vista perfecta, pero resultó ideal para cultivar la avalancha más famosa del mundo. Este tipo de celebración de gol, en la cual los aficionados bajan corriendo las gradas al mismo tiempo, era bastante común en América Latina, pero no perduró en Brasil, excepto en este estadio. A lo largo de los años, a pesar de que se fueron aplicando regulaciones más estrictas, la avalancha se convirtió en una parte valiosa de la identidad del Grêmio.

Oficialmente, el último partido en este estadio se llevó a cabo en diciembre de 2012, cuando el Grêmio se enfrentó a sus archirrivales, el Internacional, en el famoso clásico GreNal. Sin embargo, el estadio estuvo en uso durante varios meses después de eso, a pesar de que el primer equipo del Grêmio se trasladó a su nueva arena. Eventualmente, se espera que el estadio sea demolido para dar paso a un desarrollo comercial.