Estádio Nilton Santos – descripción del estadio

Cuando todavía estaba en etapa de imágenes en 2003, la oficina del alcalde estimó que los costos serían alrededor de $30 millones. Sin embargo, después de varios retrasos, la construcción finalizó en 2007, y el presupuesto resultó ser un 533% más alto, alcanzando un costo total de $192 millones. A pesar de este precio elevado, Río logró obtener su estadio de atletismo más grande, con la posibilidad de expandirse aún más en las áreas adyacentes. El estadio fue completado justo antes de los Juegos Panamericanos de 2007, para los cuales fue diseñado.

La construcción lenta del estadio recibió muchas críticas. Además, poco después de su finalización, se produjo el derrumbe de un muro masivo (de 15 por 6 metros), afortunadamente sin dejar heridos. Además de eso, la estética del estadio ha sido objeto de debate, ya que la visibilidad lejana no ofrece las mejores líneas de visión para los aficionados al fútbol. A pesar de estas cuestiones, el fútbol es el deporte más practicado en el estadio, con el equipo local Botafogo habiendo firmado un contrato de arrendamiento hasta 2027. Otros clubes como Fluminense, Flamengo y ocasionalmente la selección nacional de Brasil también han utilizado este estadio mientras otros lugares están siendo renovados.

Además del fútbol y los Juegos Panamericanos de 2007, el estadio también fue el escenario principal para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2016. Cuando no se utiliza para el fútbol, el estadio alberga conciertos, aunque otros deportes se realizan aquí de manera bastante ocasional.

El estadio lleva el nombre de João Havelange, un destacado funcionario deportivo que ocupó, entre otros cargos, la presidencia de la FIFA. En 2012, surgió la controversia después de que se publicaran documentos que demostraban actos de corrupción por parte de Havelange. A partir de 2015, el nombre oficial del estadio fue cambiado a Nilton Santos, en honor a una leyenda de Botafogo.

A pesar de ser relativamente joven, el estadio ha sido objeto de numerosas controversias en términos de su estructura. En 2013, tuvo que cerrarse al público debido a preocupaciones sobre la estabilidad del techo durante fuertes vientos. Se llevaron a cabo obras de renovación posteriormente, con miras a los Juegos Olímpicos de 2016, y desde 2017 se utiliza regularmente para partidos de fútbol.