Bluenergy Stadium – descripción del estadio

Los planes para una remodelación completa del Stadio Friuli comenzaron a surgir a principios de la década de 2000, cuando Italia presentaba sus candidaturas para albergar el Campeonato Europeo de Fútbol. El estadio fue considerado para las candidaturas de 2012 y 2013, pero ambas fueron rechazadas por la UEFA.

Pocos días después del segundo intento fallido, Giampaolo Pozzo, propietario del Udinese, llegó a un acuerdo preliminar con la ciudad de Udine. El acuerdo implicaba una asociación en la cual Pozzo se haría cargo de los costos de reconstrucción a cambio de adquirir la propiedad del terreno del estadio. En 2012, el acuerdo se confirmó y el club obtuvo un contrato de arrendamiento de 99 años del edificio, convirtiéndose así en la tercera entidad privada en Italia en ser dueña de un estadio importante.

En ese momento, el Udinese presentó el primer borrador del plan de remodelación. El Stadio Friuli sería reducido a menos de 30 000 espectadores (luego se redujo en otros 5000) y se eliminaría la pista de atletismo. Se construirían gradas simples en tres lados, dejando en pie solo la grada principal occidental con su icónico arco.

Inicialmente, se esperaba que el proyecto tuviera un costo entre 40 y 50 millones de euros, pero posteriormente se optimizó para requerir una inversión mucho menor. Se había considerado rodear el estadio con un pedestal basado en rellenos sanitarios, pero finalmente se descartó esta idea para permitir la creación de espacios comerciales a nivel del campo.

Los trabajos preliminares comenzaron en junio de 2013 y consistieron en acercar el campo a la grada principal, mientras que la poco utilizada pista de atletismo fue eliminada.

Mientras la grada principal fue sometida a una renovación exhaustiva tanto por la ciudad como por el club, los trabajos posteriores se vieron obstaculizados por la burocracia. Finalmente, el proyecto retomó su curso en junio de 2014, pero el progreso fue tan rápido que para el verano de 2015 ya se habían completado dos gradas (norte y este), mientras que la última se terminó a principios de 2016. Esto se logró gracias a que gran parte del edificio fue prefabricado.

Su estructura sencilla fue revestida con una impresionante fachada de acero satinado. Aproximadamente 10 000 "escamas" de diamante de la empresa italiana Archea, que costaron alrededor de 1 millón de euros, reflejan la luz solar o la iluminación nocturna, brindando al estadio un aspecto elegante.