Italia: ¿Podría pasar el Maradona a manos del Nápoles? El alcalde tiene un plan

fuente: EstadiosDB.com; autor: Paulina Skóra

Italia: ¿Podría pasar el Maradona a manos del Nápoles? El alcalde tiene un plan En Nápoles vuelve a sonar fuerte el debate sobre el futuro del Stadio Diego Armando Maradona. Después de que Milán decidiera vender San Siro, el alcalde Gaetano Manfredi dejó claro que la ciudad está abierta a un movimiento similar y se abre a trabajar con un inversor privado si llega un proyecto serio.

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Un empujón para el Nápoles y la ciudad

Manfredi no se corta: si el club o un grupo privado quiere meter dinero en Fuorigrotta, el ayuntamiento no pondrá obstáculos. El regidor puso como ejemplo a Milán, donde Inter y Milan compraron el San Siro por 197 millones de euros y planean levantar un estadio nuevo en la misma zona, con una inversión que supera los 1.200 millones.

La idea de que el Nápoles pueda tomar las riendas del Stadio Maradona ha encendido la ciudad. El caso va más allá del fútbol: se trata de inversiones, gestión moderna de un estadio y de cómo podría cambiar Fuorigrotta. Tener el control total del recinto permitiría al club transformar los días de partido en un motor económico constante, no solo durante 19 domingos al año, sino todos los días. El equipo podría renovar zonas VIP, restaurantes, el museo del club o las tiendas y abrir el estadio siete días a la semana para visitas, eventos o reuniones de negocio sería solo el inicio.

También hay margen para diversificar ingresos: entradas, abonos, asientos premium, patrocinio de espacios, eventos culturales… y ofertas para turistas y vecinos. En lo financiero, tener estadio propio da estabilidad: cero alquiler, costes previsibles y acceso a capital e inversiones dentro de planes a largo plazo.

Stadio Diego Armando Maradona (Stadio San Paolo)© Marino Carelli

Mejor gestión y experiencia para el aficionado

Ser dueño del estadio significa poder decidir sobre el mantenimiento y mejoras. Se pueden programar obras, controlar estándares de servicio y priorizar inversiones. ¿Qué se traduce en la práctica? Baños y puntos de comida renovados, entradas reorganizadas, menos colas, señalización clara y una red potente para pagos sin efectivo y apps interactivas. Un estadio moderno también podría convertirse en un laboratorio tecnológico: Wi-Fi rápido, análisis de movimientos de aficionados y datos que ayuden a mejorar la experiencia sin perder ética ni transparencia.

Desde el punto de vista deportivo, la infraestructura importa: mejores instalaciones médicas y de entrenamiento, iluminación óptima y césped de calidad influyen directamente en el rendimiento. Un estadio eficiente genera recursos que vuelven al campo y los éxitos deportivos aumentan el valor de la marca, creando un ciclo que los grandes clubes europeos conocen bien.

Desafíos: dinero, trámites y barrio

Para que esto deje de ser teoría hay tres retos claros. Primero, la economía: cuánto cuesta comprarlo, reformarlo y en cuánto tiempo se recupera la inversión. El estadio, aunque mítico, necesita cambios: nuevos asientos, VIPs, accesibilidad y sistemas energéticos y sostenibles. Segundo, la burocracia: decisiones urbanísticas claras, límites de inversión y equilibrar interés público y privado. La ciudad quiere asegurar que siga siendo un espacio abierto para fútbol juvenil y otros eventos. Tercero, los vecinos: un estadio activo todo el año puede generar empleo y servicios, pero exige logística: transporte público reforzado en días de partido, parkings con buses, rutas seguras para peatones y ciclistas.

En cuanto a sostenibilidad, el plan incluye paneles solares, reciclaje de agua, luces LED y menos residuos. El estadio podría convertirse en un laboratorio urbano de desarrollo sostenible, con espacios que sirvan a iniciativas locales los días sin partidos.

Stadio Diego Armando Maradona (Stadio San Paolo)© Stefano Tammaro

Una oportunidad para la identidad de Nápoles

Desde el lado de la marca, comprar el estadio reforzaría al Nápoles como símbolo de la ciudad. Museo del club, rutas educativas para colegios, colaboración con turismo y cultura… Fuorigrotta podría convertirse en un punto vivo en Nápoles, atrayendo no solo a fans sino a turistas. Para los seguidores, estoy significaria mejores servicios y más cercanía con el club; para las autoridades, crecimiento económico, más impuestos y empleo. Todo esto, claro, solo funciona si hay transparencia: planes claros, cronogramas, costes y métricas realistas del impacto.

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