El Sevilla FC celebró su Junta General de Accionistas en un ambiente tenso, aunque con un nivel de confrontación inferior al de ediciones anteriores. El encuentro estuvo dominado por cuestiones financieras, el plan de saneamiento del club y el futuro del nuevo estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, llamado a convertirse en un elemento clave de la estrategia a largo plazo.

Situación financiera compleja y hoja de ruta

El presidente del club, José María del Nido Carrasco, presentó a los accionistas el estado actual de las finanzas. Tras el cierre del ejercicio 2024/25, el Sevilla FC registró pérdidas superiores a los 50 millones de euros, lo que supuso un nuevo aumento de la deuda. Desde la directiva se subrayó que este resultado forma parte de una fase asumida dentro del proceso de reestructuración iniciado hace varios años.

Según las previsiones expuestas, las pérdidas en la temporada 2025/26 deberían reducirse drásticamente hasta situarse en torno a los 3 millones de euros. Para la campaña 2026/27, el club aspira a alcanzar el equilibrio operativo, lo que permitiría iniciar una etapa de mayor estabilidad y un regreso progresivo a la inversión deportiva.

Uno de los factores que agravaron la situación fue la no realización de traspasos previstos por valor de 90 millones de euros. Como consecuencia, el Sevilla se verá obligado a realizar una venta adicional de un jugador en el mercado de invierno, estimada en unos 9 millones de euros, para acercarse a los objetivos presupuestarios.

Luz verde al nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán

Uno de los puntos centrales de la Junta fue el futuro del proyecto del nuevo Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. La directiva informó de que tanto el Ayuntamiento de Sevilla como la Junta de Andalucía ya han aprobado los criterios urbanísticos y la fase preliminar del proyecto.

De acuerdo con el calendario previsto, el estudio urbanístico se presentará formalmente a finales del mes en curso, con aprobación estimada para el primer trimestre de 2026. El proyecto básico se desarrollará en el segundo trimestre de 2026 y el proyecto de ejecución en el tercero. El concurso para las obras está previsto para el primer trimestre de 2027, con inicio de los trabajos en junio o julio de ese año. La construcción se prolongaría durante aproximadamente tres temporadas.

© Sevilla FC, IDOM | Proyecto Nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán

Un estadio con vocación comercia;

El nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán se concibe como una instalación que va mucho más allá del uso estrictamente futbolístico. El proyecto contempla un estadio abierto los 365 días del año, con una amplia oferta comercial. Se estudia la explotación de cerca de 50.000 metros cuadrados de superficie comercial y de servicios, destinada a generar ingresos estables al margen del calendario de partidos.

La financiación se basará en un modelo de autofinanciación sustentado en el aumento de los ingresos futuros. Además, el Sevilla ha asegurado 40 millones de euros procedentes de fondos de CVC, destinados directamente al proyecto del estadio.

Desconfianza entre los accionistas

Pese a los planes presentados, una parte del accionariado mostró una clara falta de confianza en las explicaciones del consejo. Surgieron preocupaciones por una posible venta del estadio o de la ciudad deportiva, así como interrogantes sobre el papel de eventuales inversores extranjeros. Los accionistas minoritarios manifestaron su oposición a cualquier escenario que implique la pérdida de activos estratégicos del club.

Desde la directiva se insistió en que el proyecto aún no es definitivo y puede sufrir modificaciones, pero se recalcó que su objetivo es reforzar al Sevilla FC y no desprenderse de su patrimonio.

© Sevilla FC, IDOM | Proyecto Nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán

La Cartuja como solución provisional

Ante la futura remodelación del Ramón Sánchez-Pizjuán, cobra fuerza la opción de trasladar temporalmente los partidos del Sevilla al Estadio de La Cartuja. La situación se complica porque el recinto ya está siendo utilizado por Real Betis, que, debido a retrasos en la modernización del Benito Villamarín, podría permanecer allí hasta 2028.

Aunque ambos clubes han expresado su disposición a compartir el estadio, los posibles conflictos de calendario, especialmente en competiciones europeas, representan un reto logístico importante. Además, La Cartuja será objeto de reformas con vistas al Mundial de 2030, lo que añade una dificultad adicional a la planificación.