“El regreso al Camp Nou está muy, muy cerca”, declaró ayer el capitán del FC Barcelona, Marc-André ter Stegen. Sin embargo, periodistas catalanes han revelado que una inspección de las obras del estadio blaugrana ha detectado más de 200 irregularidades. El club tiene menos de un mes para subsanarlas.

200 irregularidades a 30 días del regreso

Estamos todos con la ilusión de volver al Spotify Camp Nou, nuestra casa, donde queremos disputar muchos partidos esta temporada. Queda muy, muy poquito, declaró Marc-André ter Stegen antes del partido del Trofeo Joan Gamper contra el Como 1907 (5-0), disputado en el Estadi Johan Cruyff. Sin embargo, parece que el capitán del FC Barcelona podría estar equivocado.

RAC1 informó que una inspección de la Asociación de Clubes Europeos (ECA) en las obras del Camp Nou detectó más de 200 irregularidades. Un problema grave para el club, ya que queda poco más de un mes para el primer partido en casa del Blaugrana contra el Valencia, previsto para el 14 de septiembre. Y hay que tener en cuenta que las obras deben estar terminadas varios días antes del partido para que las autoridades tengan tiempo de tramitar los permisos.

Esta noticia pone en entredicho la credibilidad del anuncio del club de que volvería al Camp Nou al comienzo de la temporada. El FC Barcelona fijó en repetidas ocasiones fechas que luego no cumplió, siendo el último ejemplo el Trofeo Joan Gamper, que se iba a disputar en el Camp Nou ante 60.000 aficionados. Sin embargo, el club no obtuvo los permisos y tuvo que enfrentarse al Como en el estadio del filial ante 6000 culés.

En los últimos días, han surgido informaciones de que el FC Barcelona abrirá las gradas a medida que avancen las obras, comenzando con un aforo de 27.000 y terminando con 60.000. Sin embargo, no se sabe nada sobre si el club tiene un plan B: el propio presidente Joan Laporta descartó un regreso temporal a Montjuïc, el traslado al campo del Espanyol sería inaceptable para los socios, y quedarse en el Estadi Johan Cruyff supondría enormes pérdidas económicas y el descontento de los aficionados que no podrían entrar en el estadio.