En 2026, el Estadio Azteca abrirá por tercera vez una Copa del Mundo, un logro sin precedentes a nivel mundial. Para estar a la altura de ese papel, el icónico recinto está atravesando la renovación más profunda en décadas.

De vuelta al primer plano

En 1970, Pelé levantó aquí su tercer título mundial. Dieciséis años después, Diego Maradona deslumbró al mundo en este mismo escenario. Ahora, el Azteca (o, como se llama comercialmente, Banorte) vuelve a hacer historia: será sede del partido inaugural de un Mundial por tercera vez, una hazaña que ni el Maracaná ni ningún estadio europeo ha logrado.

Como parte de los preparativos para el torneo que organizarán México, Estados Unidos y Canadá, el estadio cerró en mayo de 2024 para una modernización total. Su reapertura está prevista para el 28 de marzo de 2026, menos de tres meses antes del inicio del campeonato.

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¿Qué se está cambiando?

Las obras abarcan casi toda la infraestructura. El cambio tecnológico más importante es el nuevo césped híbrido, que combina pasto natural con sistemas avanzados de ventilación, drenaje e inyección de aire. Esto busca evitar problemas como el de 2018, cuando el mal estado del campo obligó a cancelar un partido de la NFL.

También se están construyendo nuevos vestuarios bajo las gradas, más cerca del campo, lo que requiere reconfigurar los sectores bajos. Toda la zona de jugadores, incluyendo áreas médicas, salas para árbitros, zona mixta y sala de prensa, está siendo adaptada a estándares internacionales modernos.

En cuanto a la experiencia del aficionado, se instalarán más de 2.200 m² de pantallas LED dentro y fuera del estadio, junto con 1.200 antenas para red Wi-Fi 6. Todo el sistema de ventas funcionará sin efectivo.

También se están renovando los baños, el sistema de sonido, la videovigilancia (con 200 cámaras), los ascensores y las vías de circulación. Se crearán más de 7.000 m² de zonas de hospitalidad, y por primera vez habrá una oferta gastronómica integrada al interior del estadio.

Durante el Mundial, el estadio no usará el nombre comercial de Estadio Banorte. Por exigencia de la FIFA, aparecerá en los documentos oficiales como Estadio Ciudad de México.

Las autoridades también anunciaron mejoras urbanas alrededor del estadio para optimizar el acceso, la seguridad y los servicios para cientos de miles de visitantes. La modernización del Azteca forma parte de un plan de impacto social y turístico más amplio.

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No todo ha sido fácil

El proyecto ha estado rodeado de polémicas. Inicialmente se planeó construir un centro comercial y un hotel junto al estadio, pero la oposición vecinal en Santa Úrsula obligó a cancelar esa parte del plan.

Otro conflicto surgió con los dueños de los palcos VIP, algunos de los cuales se negaron a cederlos a la FIFA durante el torneo. El caso incluso llegó a la agencia mexicana de protección al consumidor. Pese a estas tensiones, las obras siguen su curso para devolver al Azteca el lugar que merece en la élite del fútbol mundial.