Los planes de Flamengo para construir un estadio moderno en el corazón de Río de Janeiro se han topado con un grave obstáculo. La necesidad de descontaminar el terreno del antiguo complejo industrial Gasômetro ha obligado a aplazar el cronograma al menos dos años.

Paralización inesperada de las obras

La zona portuaria de Río de Janeiro, y en ella el terreno del antiguo Gasômetro, debía convertirse en el nuevo hogar de Flamengo, uno de los clubes más laureados del fútbol brasileño. El club planeaba realizar allí su tan esperada inversión: su propio y moderno Estádio do Flamengo, que le permitiría independizarse del uso compartido del Maracaná con otros equipos y garantizar nuevas fuentes de ingresos.

Sin embargo, según informa el arquitecto Fabrício Chicca, este proceso debe ser detenido. El motivo es la contaminación del suelo, que impide comenzar cualquier obra hasta que se complete el procedimiento de descontaminación, lo que podría tardar hasta dos años.

© ARENA Events+Venues / Clube de Regatas do Flamengo

Negligencias de la directiva anterior

La contaminación del terreno no es un fenómeno nuevo ni sorprendente. Como señala Fabrício Chicca en su canal Mundo na Bola, la información sobre la contaminación ya estaba disponible públicamente desde antes. Aun así, las anteriores autoridades del club encabezadas por el presidente Rodolfo Landim habrían subestimado la magnitud del problema y habrían ignorado el riesgo de construir en un terreno tan complejo.

La administración anterior no trató la contaminación con seriedad, a pesar de que la información pública ya indicaba un riesgo mayor del que se comunicaba entonces, afirmó Chicca. Los planes iniciales contemplaban que el nuevo estadio estuviera listo en 2029, pero teniendo en cuenta la situación actual, esa fecha parece poco realista.

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El tiempo como nuevo aliado de Flamengo

Aunque el retraso puede parecer un golpe para el club y sus aficionados, Chicca también ve aspectos positivos en la situación. A su juicio, los meses adicionales pueden aprovecharse bien para preparar un proyecto que cumpla con los más altos estándares arquitectónicos, funcionales y económicos.

Flamengo tendrá más tiempo para perfeccionar el proyecto, realizar concursos arquitectónicos y licitaciones de obra, lo que podría reducir el costo final, argumenta el arquitecto. Según Chicca, la visión del calderón más grande del mundo sigue estando al alcance. Pero requerirá paciencia y un enfoque adecuado en la planificación.