El proyecto para construir un nuevo estadio entra en una fase decisiva, pero aún está lejos de hacerse realidad. El Inter y el Milan, que actualmente comparten el legendario estadio Giuseppe Meazza, deben enfrentarse a una serie de desafíos tanto formales como estratégicos antes de que el nuevo recinto vea la luz.

Requisitos técnicos, medioambientales y sociales

Durante la Conferencia de Servicios, las autoridades municipales de Milán expresaron numerosas observaciones sobre el proyecto presentado por los clubes. Se subrayó especialmente la necesidad de aumentar la presencia de zonas verdes reales, en lugar de contar exclusivamente con vegetación en azoteas o viaductos. Las autoridades también exigen un mayor compromiso con la oferta de entradas a precios accesibles para todos los grupos sociales, y garantías de que una parte de los asientos del estadio esté destinada a los aficionados con menos recursos.

También se plantearon cuestiones legales. Dado que los clubes pertenecen actualmente a fondos de inversión estadounidenses, la ciudad exige garantías en caso de que cambie la propiedad durante la realización del proyecto. Por ello, los concejales han encargado un informe legal sobre la posibilidad de adquirir toda el área de San Siro.

Problemas urbanísticos y falta de detalles

Desde el punto de vista técnico, el proyecto aún carece de información clave, como los costes totales de la inversión, los gastos de demolición del estadio antiguo, la descontaminación del terreno o el análisis del tráfico. También genera dudas la prevista ubicación del hotel, que podría entrar en conflicto con los edificios históricos de las antiguas caballerizas de Montel. Otra preocupación es que el proyecto contempla cambios solo en la zona inmediata al estadio, sin tener en cuenta los barrios circundantes. Además, no está claro cuál será el uso comercial específico de los espacios alrededor del estadio ni si las tiendas previstas cumplirán con los criterios de grandes estructuras comerciales.

© Grzegorz Kaliciak 

Estrategia de los clubes: primero comprar, luego diseñar

Mientras tanto, Milan e Inter han modificado su estrategia. En lugar de presentar un proyecto arquitectónico detallado, se centran ahora en cerrar la compra del San Siro y de los terrenos adyacentes al municipio, lo cual debería concretarse antes del 31 de julio de 2025. Solo después de esta transacción tienen previsto presentar el proyecto definitivo del nuevo estadio, que tendría una capacidad de 71.500 espectadores. Según el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, el diseño podría ser presentado antes de finales de 2025, si las partes llegan a un acuerdo.

Otro asunto aún sin resolver es la financiación de los trabajos de movimiento de tierras y limpieza del terreno. Por ahora no se sabe si correrán a cargo del ayuntamiento, de los clubes o de ambos. Aunque el alcalde Sala no considera esto el mayor obstáculo en las negociaciones, señala que será imprescindible llegar a un acuerdo para que el proyecto pueda avanzar.

Uno de los aspectos positivos es que el aumento previsto en la capacidad del estadio permitirá ofrecer más entradas a precios populares, lo que cumple con uno de los requisitos clave planteados por el ayuntamiento.

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