La grada de Gol ya luce vacía, y en unas semanas desaparecerá del mapa de Vigo. En un momento crucial para las aspiraciones europeas del Celta, y con la incógnita del mundial, Balaídos afronta dos años sin su mítico fondo.

La historia deja paso a la modernidad

La permanencia del 4%. Los goles de Karpin y Mostovoi que dieron al Celta el único trofeo de su historia: la Copa Intertoto. El debut del joven Iago Aspas, que con un doblete salvó al club del descenso a Segunda B, y para más tarde convertirse en el mejor jugador de la historia del club. Son sólo algunos de los momentos que quedaron grabados para siempre en la memoria de aquellos aficionados celestes que se sentaban en la grada de Gol. Una grada que será demolida en unas semanas.

A más de 30 metros del terreno de juego, de un solo nivel, cubierta por un peculiar techo de hormigón, la vieja grada de Gol desaparecerá en abril para renacer en 2027. Para entonces tendrá dos niveles, una fachada y una cubierta celestes, al igual que las demás gradas, y la distancia al terreno de juego quedará reducida a 8 metros. En cambio aumentará su aforo, de los 4.200 actuales a 6.400 asientos. Pero para eso aún faltan dos años.

© Miguel Ciolczyk Garcia | Gol no ha cambiado desde la remodelación de 1969-71.

Butacas celestes por toda Galicia

Hasta que finalicen las obras, el aforo del Estadio Abanca Balaídos será de sólo 20.739 localidades. Es decir, 2.000 menos que la media de asistencia de esta temporada. La falta de todo un fondo puede suponer un problema para un equipo que entró en la lucha por plazas europeas y que para lograrlo ha convertido su estadio en un fortín. Sin embargo, el Celta consiguió ganar este fin de semana su primer partido sin aficionados en la grada Gol, remontando ante el Leganés para acabar con un 2:1 en el marcador.

Durante el choque del sábado, Gol lucía ya incluso vacía de sillas. Éstas irán a parar a los estadios de clubes pequeños de toda Galicia. Las butacas de Gol que tantas emociones han vivido en Abanca Balaídos, seguirán siendo útiles en otras instalaciones deportivas y llevando el espíritu celeste a diferentes zonas de nuestra comunidad, informó el club.

La desaparición de estas butacas afectará las finanzas del club, sobre todo tras la reubicación de los socios, que pasaron de Gol a otros sectores, ocupando asientos anteriormente dedicados a la venta de entradas. Junto a los abonados, también han sido reubicadas las taquillas, que ahora están en el nuevo Área Celtista, donde los aficionados podrán consultar sus dudas con trabajadores del club.

Y aunque todo debería volver a la normalidad en Balaídos dentro de dos años, es posible que la casa del Celta sufra otra remodelación, esta vez para cumplir los requisitos para ser sede Mundial de 2030, un objetivo por el que sigue luchando el alcalde Abel Caballero.

© Faro de Vigo | De las 4.200 sillas de Gol, 800 irán a la ciudad deportiva del Celta en A Madroa y el resto, a una veintena de sedes repartidas por toda Galicia.