La asociación Parque Vivo del Guadaíra ha solicitado una revisión de los permisos de construcción del nuevo estadio Benito Villamarín, planeado por el Real Betis, al que han calificado como una "construcción monstruosa".

Preocupación de los vecinos por el impacto del estadio en la vida diaria

Durante un debate titulado El Nuevo Benito Villamarín: un proyecto icónico controvertido, organizado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, la representante de la asociación vecinal, Teresa García, subrayó que el proyecto se basa en un acuerdo anticuado e insostenible de 2003. Cristina Rus, por su parte, destacó que las reuniones con el Ayuntamiento y el Betis han sido ambiguas, ya que ambas instituciones aún no han definido el destino final del terreno adyacente.

El arquitecto Antonio González Liñán, hijo del responsable del proyecto ganador de la construcción del estadio en 1998, afirmó que su padre se enfocó en un diseño que combinaba funcionalidad y estética sin considerar la expansión urbana, pues el terreno es demasiado pequeño para albergar la capacidad prevista. Los límites están muy claros, añadió Liñán, quien explicó que en aquel momento el proyecto, que incluía la construcción de las gradas de Fondo y Gol Norte, tenía como objetivo minimizar el impacto del estadio en el entorno. Añadió que, en su opinión, el Betis actualmente sigue un modelo de gestión a la americana que apuesta por el desarrollo del proyecto sin certezas.

© Rafael de la-Hoz, Gensler

Los vecinos toman medidas: presentación de una propuesta formal

En septiembre, las asociaciones vecinales del distrito Bellavista-La Palmera solicitaron al Ayuntamiento de Sevilla la suspensión del proyecto del estadio del Betis. En una sesión plenaria del consejo municipal del distrito, se aprobó una moción para detener el desarrollo del nuevo proyecto hasta que se adapte a las necesidades vecinales y a los criterios de seguridad.

La propuesta, presentada por la asociación Parque Vivo del Guadaira y dirigida al alcalde de Sevilla, pide que no se permita la ocupación del último espacio libre en las cercanías del Benito Villamarín, temiendo el impacto en la vida cotidiana de los habitantes de los barrios del sur de la ciudad y posibles riesgos para su seguridad. Los residentes se oponen al uso del terreno de 32.000 m², colindante con el estadio, que sería destinado a fines comerciales.

© Rafael de la-Hoz, Gensler

La moción fue aprobada con 9 votos a favor, 5 en contra y 10 abstenciones. La propuesta aprobada incluye los siguientes puntos:

1. Suspender los trámites administrativos actuales para la aprobación del Estudio de Planificación del Nuevo Estadio Benito Villamarín e iniciar un nuevo procedimiento que incorpore las recomendaciones de la Convención de Saint Denis y de la FIFA, manteniendo un espacio abierto entre el estadio y la calle Doctor Fleming.

2. Considerar las demandas legítimas de los vecinos afectados por este proyecto, que de llevarse a cabo, afectaría a su calidad de vida, especialmente en temas de movilidad, calidad del aire y contaminación acústica y lumínica.

3. Asegurar que todos los permisos de construcción, operación y eventos se otorguen solo después de una evaluación pública que confirme si las instalaciones cumplen con las normas de seguridad pertinentes, de acuerdo con la legislación española, así como con las recomendaciones de la FIFA y del Consejo de Europa.