El traslado a Montjuïc tuvo que ser doloroso. La reducción a la mitad del aforo es un duro golpe para un club que necesita desesperadamente los ingresos por entradas, especialmente ante los graves problemas financieros. Averiguamos qué pasos dio el Barça y cómo se defienden sus arcas tras abandonar el Spotify Camp Nou.

La mitad de asientos, el 20% de socios

Cuando en 2016 fue aprobado el diseño del nuevo Camp Nou, obra de Nikken Sekkei y Joan Pascual y Ramon Ausió Arquitectes, quedó claro que el club Blaugrana tendría que jugar en otro recinto mientras durase la remodelación del estadio, ya que durante las obras sólo iba a quedar el esqueleto del antiguo Camp Nou.

La elección obvia y natural era el Estadi Olímpic Lluís Companys, el recinto olímpico de propiedad municipal. Montjuïc ya albergaba al Espanyol de Barcelona, cuyos problemas económicos le obligaron a vender el Estadio de Sarriá en 1997, para construir el Stage Front Stadium 12 años después.

Mientras que esto no supuso un problema para el pequeño Espanyol, para el FC Barcelona el campo en la colina tiene una enorme desventaja: el número de sillas del recinto, alcanza la mitad de los asientos del Spotify Camp Nou. La mala accesibilidad de Montjuïc, tanto para los coches como por transporte público, también se hace notar.

El cambio más grave, sin embargo, fue la eliminaciión del derecho de los socios a un abono que permite la entrada a todos los partidos. Aunque éstos tienen prioridad para las entradas, el club exige la confirmación de asistencia a cada partido con antelación. El efecto fue terrible: sólo unos 17.000 socios, es decir, un 20%, renovaron su carnet. La temporada pasada los abonados eran 80.000, y el club esperaba renovar 27.000 pases en la temporada 2023/24.

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Una asistencia decepcionante

Tras la decepción con los socios llegó otra. Alguien podría haber pensado que, con una asistencia media de 83.500 aficionados en la temporada 2022/23 (datos de Transfermarkt), los hinchas blaugranas llenarían en cada ocasión las casi 50.000 localidades del Estadio Olímpico. Ocurrió lo contrario, porque esta temporada al recinto con forma de castillo acude, según Transfermarkt, una media de 41.000 aficionados por encuentro.

Se esperaba que los partidos importantes mejorasen la asistencia, sin embargo, sólo 34.568 aficionados acudieron al partido de diciembre contra el Atlético (victoria del Barça por 1:0). El mayor número de aficionados acudieron al Clásico de octubre, cuando la derrota por 1:2 contra Los Blancos fue presenciada desde las gradas por 50.112 personas.

Hay muchas razones para tales cifras. Las más importantes son la supresión de la asignación automática de una entrada por socio, la escasa visibilidad debida a la distancia de las gradas con respecto al terreno de juego, las dificultades de circulación, el mal ambiente del estadio y la falta de protección contra la lluvia y el viento. El irregular juego del equipo tampoco ayuda. Como reconoció el propio presidente del club, Joán Laporta, en declaraciones a la emisora RAC1, no se han materializado los números que esperábamos.

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Valores sorprendentes

A pesar de la difícil situación que atraviesa el Barcelona, el informe de la UEFA The European Club Finance and Investment Landscape por 2023 es, en lo que al estadio se refiere, impresionante. Los 190 millones de euros de ingresos en partidos del conjunto blaugrana le convierten en el mejor equipo del continente en esta categoría. El club catalán supera con creces al segundo clasificado, el PSG (153 millones de euros).

El Barça también es líder en ingresos por partido, con una media de 7,6 millones de euros en 2023. En términos de ingresos por aficionado por partido, con la impresionante cifra de 91 euros, ocupa el tercer puesto, por detrás del PSG (140 euros), que consigue tan buenos resultados gracias a su amplia oferta VIP, y por detrás del Tottenham (92 euros), cuyo Tottenham Hotspur Stadium es famoso por su excelente experiencia en los días de partido.

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La crónica de una caída anunciada

¿Cómo es esto posible? La explicación es que la temporada 2022/23, contabilizada en parte en el calendario de 2023, fue la mejor de la historia del club en términos de asistencia, alcanzando los 83.500 espectadores por partido y superando por primera vez el millón de aficionados en una temporada, mejorando notablemente los resultados globales de 2023.

Según Football Benchmark, los 229 millones de euros en ingresos por entradas de la temporada 22/23 fueron un 14% mejores de lo previsto. Esto se tradujo en 121 millones de euros en ingresos. Sin embargo, con el traslado a Montjuïc, el Barcelona asumió que los ingresos caerían en picado. Según sus estimaciones, se esperaba que fueran de 151 millones de euros en la temporada 2023/24, lo que supondría un descenso del 34% respecto a la temporada anterior.

Sin embargo, existe la posibilidad de que sean incluso inferiores, ya que la directiva del club sobreestimó considerablemente la asistencia y el número de socios. El presupuesto del Barça para esta temporada era de 8 millones de euros de beneficio después de impuestos, por lo que la reducción de los ingresos por los partidos en casa debería ser motivo de preocupación, sobre todo después de haber sido eliminados en Liga de Campeones.

En esta difícil situación, cabe imaginar que la cúpula del FC Barcelona cuenta los días que faltan para el regreso al Camp Nou con una impaciencia casi desesperada. Se prevé que la instalación genere 347 millones de euros al año y es la esperanza, quizá la única, de romper la espiral de las deudas. Sin embargo, esto aún queda muy lejos, ya que la fecha estimada para el regreso del estadio es finales de 2024 y la capacidad total será alcanzada hasta finales de 2025 o principios de 2026.

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