El Ayuntamiento de Detroit aprobó por unanimidad tanto el acuerdo de beneficios comunitarios como el paquete modificado de incentivos “brownfield” para levantar el nuevo estadio de Detroit City FC en Corktown, en el suroeste de la ciudad.

Vecinos divididos: una oportunidad para unos, un proyecto incompleto para otros

La decisión llegó el 25 de noviembre tras escuchar a numerosos residentes e hinchas que pedían la aprobación del acuerdo vinculado a AlumniFi Field. Siete concejales presentes votaron a favor; estuvieron ausentes la presidenta del consejo y futura alcaldesa, Mary Sheffield, y la concejala Mary Waters.

Muchos vecinos y seguidores del club hablaron del posible impacto en la juventud. El entrenador local Duane Daniels afirmó que el estadio puede convertirse en un espacio que dé rumbo a los jóvenes y una alternativa a entornos marcados por la violencia. Contó que su propia experiencia en barrios complicados le ayuda a mostrarles que incluso sueños como jugar al fútbol profesional pueden estar al alcance.

Pero no todos en Corktown lo ven igual. Bill Cheek denunció que el proyecto ofrece pocos detalles clave sobre el tráfico, los planes de aparcamiento o el control del ruido. A su juicio, la ciudad debería haber exigido garantías más sólidas. Por su parte, Khari Turner, padre de un jugador de la academia, defendió que el club ha creado un entorno en el que jóvenes de distintos barrios y orígenes crecen juntos. Señaló que el nuevo estadio será más que una instalación deportiva: pretende ser un punto de referencia y un espacio para construir identidad comunitaria.

© HOK

Un estadio sobre el antiguo hospital Southwest Detroit

El nuevo estadio se levantará en Michigan Avenue con 20th Street, en los terrenos del abandonado Southwest Detroit Hospital. El complejo llevaba años en ruinas y llegó a acumular casi dos millones de galones de agua en su sótano, retirada este verano. AlumniFi Field tendrá 15.000 asientos, más del doble que el actual Keyworth Stadium de Hamtramck.

El coste total del proyecto asciende a 198 millones de dólares, de los cuales 153 millones corresponden al estadio. A su lado se construirá un edificio mixto de cuatro plantas con 76 viviendas de diferentes tamaños, 8.500 pies cuadrados de espacio comercial y un aparcamiento para 421 coches. Además, habrá otro aparcamiento en superficie con capacidad para 680 vehículos.

La oferta residencial incluye al menos ocho estudios, 60 apartamentos de un dormitorio y ocho de dos dormitorios. Sesenta viviendas estarán reservadas para personas que ganen menos del 80% del ingreso medio del área (AMI), que en Detroit equivale a 56.560 dólares anuales para una persona. Otras ocho se destinarán a hogares con ingresos de hasta el 60% de la media.

88 millones de dólares en incentivos públicos y “brownfield capture”

Aunque la construcción será financiada de forma privada, el club solicita incentivos y exenciones fiscales valorados en 88 millones de dólares durante 30 años. La mayor parte procede del mecanismo de brownfield capture, que permitiría recuperar alrededor de 74 millones en impuestos futuros generados por el desarrollo. El proyecto también opta a dos incentivos comerciales por un valor conjunto de casi 14 millones.

Según el calendario actual, las obras del estadio arrancarán en marzo. El copropietario Sean Mann insiste que el calendario es ajustado, pero viable. La idea es inaugurarlo en la temporada 2027 de la USL Championship. La demolición del antiguo hospital ya ha comenzado y, como dijo Mann, la demolición de verdad llegarán en las próximas semanas. La construcción del edificio residencial está prevista para noviembre de 2026 y durará dos años. El proyecto generará 142 empleos a tiempo completo y más de mil puestos de trabajo en la construcción.

© HOK

Qué incluye el CBA: 46 compromisos durante 12 años

Negociado en otoño por un comité de nueve vecinos y representantes del club, el CBA recoge 46 compromisos que se aplicarán durante 12 años. Incluye un pago único de 200.000 dólares a un fondo de préstamos a bajo interés para pequeñas empresas locales y 1,2 millones de dólares en subvenciones (100.000 al año) para entidades dedicadas a la vivienda, la cultura y la educación.

También garantiza la distribución de 3.000 entradas gratuitas anuales para residentes de los barrios cercanos, con prioridad para los códigos postales 48216, 48208, 48210 y 48209, y luego para todos los habitantes de Detroit. El club trabajará con Detroit At Work para cubrir los puestos del estadio. Durante los primeros cinco años de actividad, el club pagará un salario mínimo de 17 dólares por hora a todo el personal del estadio.

El acuerdo incluye elementos simbólicos y culturales: al menos 50.000 dólares para instalaciones artísticas y murales sobre la historia del suroeste de Detroit y del antiguo hospital; uso limitado de tecnología de reconocimiento facial; un programa de mentoría para jóvenes interesados en carreras deportivas o afines; y una inversión de 100.000 dólares en un nuevo mini-pitch que deberá estar listo antes de 2029. El CBA exige además que al menos el 51% de los trabajadores de la obra sean residentes de Detroit y que la mitad de los proveedores del estadio procedan de la ciudad. Los trabajos se limitarán al horario de 7:00 a 18:00, de lunes a viernes.

El aparcamiento ha sido una preocupación constante para los vecinos de Corktown. El acuerdo prevé un total de 2.500 plazas en torno al estadio para reducir el impacto de los partidos en las calles colindantes.