Con el final de la temporada, el Real Zaragoza se ha despedido oficialmente de La Romareda. Los aficionados llenaron en masa las gradas de un recinto que durante casi 68 años fue testigo de grandes momentos de gloria, así como de dolorosas derrotas.

Despedida y demolición

Antes del partido, los seguidores organizaron una marcha hacia el estadio. En las gradas se desplegó un gran tifo con el lema: La Romareda siempre será mi estadio, mostrando su apoyo al equipo en un encuentro decisivo. Tras el partido, el club organizó una breve ceremonia en el centro del campo. Junto a la leyenda del club, Canario, habló el capitán Francho Serrano, quien pidió disculpas a la afición por la floja temporada y anunció su decisión de renovar su contrato con el club. Después, los aficionados invadieron el césped para llevarse recuerdos de este recinto histórico.

En los próximos días comenzarán los trabajos de desmontaje de varios elementos del estadio, que serán reutilizados en el nuevo estadio temporal donde el equipo disputará sus partidos a partir de la próxima temporada. A continuación, comenzará la demolición completa de La Romareda, lo que marcará el inicio de la segunda fase de la construcción de la Nueva Romareda.

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