El Twickenham, sede del rugby inglés, será pronto sometido junto a su entorno a una profunda renovación. Aunque la capacidad del recinto no cambiará, aumentará el número de asientos premium y se mejorará tanto los accesos como el transporte.

¿Qué se va a modificar?

Las empresas Populous, WSP, Turner & Townsend y Arup trabajarán conjuntamente en el proyecto. Nils Braude, director general de Twickenham Experience Limited, detalló en City AM que la renovación, prevista para 2027, costará aproximadamente 650 millones de libras.

La capacidad del estadio no se reducirá ni aumentará. Las mejoras en la oferta premium no afectarán al número de plazas disponibles para los aficionados convencionales.

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¿Un estadio para élites corporativas?

El objetivo principal es responder a las crecientes expectativas de los aficionados en cuanto a comodidad y calidad de los eventos. Aunque actualmente la oferta de hospitalidad del estadio está entre las mejores de Europa, la idea es elevarla aún más, especialmente con servicios super premium, cada vez más comunes en estadios de primer nivel. Todo esto buscando mantener una buena relación calidad-precio. Una remodelación previa del graderío este permitió añadir 4.000 nuevos asientos premium, marcando el rumbo del futuro desarrollo del estadio.

Los aficionados critican con frecuencia que gran parte de los 82.000 asientos en Twickenham estén destinados a clientes corporativos. Las entradas para una familia mediana pueden superar las 350 libras. Durante el Seis Naciones 2025, reporteros de City AM exploraron distintas opciones. Contra Francia, se ofrecía una zona privada con bar y asientos en la parte baja. El bar Union 15, gestionado por Freemans Event Partners, es un ejemplo de infraestructura permanente que podría expandirse. La misma empresa gestiona los puntos de restauración del recinto. Para el partido por la Copa Calcuta, se presentó el lujoso espacio East Wing, diseñado por Tommy Banks, con precios desde £1.449 por persona. Contra Italia, destacaron las ventajas de un palco privado: privacidad y exclusividad.

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La energía es clave

Fabrice Roudet, de la empresa Eaton, especializada en gestión energética inteligente, explicó que diseñar un estadio no se trata solo de la experiencia del espectador. Los estadios consumen cantidades masivas de energía, y las zonas premium aumentan significativamente ese consumo: asientos con cargadores, iluminación mejorada y ambientes íntimos requieren más electricidad.

La UEFA ya toma en cuenta la huella de carbono a la hora de elegir sedes de partidos. Por ello, los gestores de estadios controlan cuidadosamente las emisiones. Los estadios antiguos suelen depender de generadores, lo que los pone en desventaja frente a instalaciones más modernas con sistemas solares o baterías ecológicas.

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¿Más eventos en el futuro?

Estas mejoras podrían ser cruciales en las negociaciones entre la RFU y las autoridades locales para aumentar el número de eventos celebrados en el estadio. Los partidos de la selección masculina de rugby de Inglaterra generan alrededor del 85% de los ingresos del sindicato, por lo que maximizar los beneficios permite reinvertir en el rugby profesional y amateur a nivel nacional.

La oferta de hospitalidad es una fuente clave de ingresos. A la vez, la RFU quiere mantener la diversidad entre los espectadores, ofreciendo entradas en distintos rangos de precios según el rival o el tipo de competición. También habrá entradas infantiles más económicas para hacer los partidos más accesibles para las familias. La demanda por ver a Inglaterra sigue siendo altísima.

Los sectores inferiores ofrecen la mejor vista, pero sus precios pueden superar las 140 libras. Las zonas VIP son la definición del lujo, mientras que los palcos ofrecen privacidad aunque a veces parecen estar aislados del ambiente general. Aunque los precios no bajarán, la experiencia global de ver a Inglaterra en el Allianz Stadium mejorará considerablemente. La RFU debería ampliar la oferta de entradas para clubes amateurs o ponerlas a precios reducidos para seguir involucrando al aficionado común.