El Alcoraz ha sido un motivo de orgullo para la afición del Huesca durante años. Sin embargo, pese a una inversión millonaria, el estadio sigue inacabado. El presidente del club ha insistido en la necesidad de una “reforma integral” y ha pedido cooperación para avanzar en el proyecto.

Millones invertidos en la modernización, pero ¿qué sigue?

Hasta ahora, el Huesca ha destinado 16 millones de euros a la remodelación de El Alcoraz, lo que permitió ampliar su capacidad de 5.500 a 9.100 espectadores y cumplir con los requisitos de La Liga durante su paso por Primera. No obstante, a pesar de estas mejoras, muchas partes del estadio siguen sin ser acabadas o aprovechadas del todo.

Las cuatro torres construidas durante la modernización son un ejemplo claro. Solo una tiene uso definido, al albergar la sede de la Fundación Alcoraz y las oficinas del club. Las otras tres—donde se ubicaban la antigua sede, un museo y un restaurante—permanecen prácticamente inactivas. El museo, en el que ha habido una inversión importante, aún no ha abierto sus puertas, mientras que el restaurante funciona de manera intermitente.

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Aficionados a la intemperie en invierno

Uno de los principales problemas que señalan tanto el presidente como la afición es la falta de protección contra la lluvia y el frío. En 2021, se instaló una cubierta sobre la grada principal, pero esta solo cubre la mitad de los asientos, dejando a muchos espectadores expuestos a las inclemencias del tiempo.

La situación podría afectar la asistencia en los meses más fríos, especialmente entre familias y personas mayores. Para mejorar la comodidad de los hinchas, el club quiere instalar un sistema de calefacción en las gradas, similar al que ya implementó el Numancia en Los Pajaritos hace unos años.

Además, el uso del estadio sigue siendo muy limitado. La tienda oficial sólo abre los días de partido y la única oferta estable para los aficionados es la Terraza Alcoraz, que también opera exclusivamente durante los partidos de casa. Para cambiar esto, el club pretende desarrollar una zona recreativa en los alrededores del estadio y organizar más eventos a lo largo del año. Entre los planes está la creación de un espacio para eventos en la explanada exterior, con el objetivo de dar mayor vida al recinto.

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¿Ser dueño del estadio: ventaja o carga?

El Alcoraz es uno de los tres estadios de Segunda División que son propiedad del club (los otros dos son el Martínez Valero y el Ciutat de València, pertenecientes al Elche y al Levante, respectivamente). La mayoría de los equipos de la categoría juegan en estadios municipales por alquileres simbólicos o bajos—desde 0 euros en casos como Racing de Santander o Cádiz, hasta los 200.000 euros que paga el Granada. Además, las reformas de estos recintos suelen contar con financiación pública. Sin ese respaldo, la situación del Huesca se complica.

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¿Habrá fondos para completar la reforma?

El presidente del club, Agustín Lasaosa, ha reiterado la necesidad de apoyo por parte de inversores y administraciones públicas para poder completar la modernización del estadio.

“No es un capricho mío, sino una petición de los aficionados que me paran por la calle”, ha señalado Lasaosa. Como presidente, he pedido a los inversores que hablen con las instituciones y lleguen a un acuerdo para impulsar la reforma integral de El Alcoraz. Los días de lluvia, el 50% de los aficionados se moja y trata de refugiarse en la parte superior, pero no hay espacio para todos.

Más allá de mejorar las infraestructuras, el club también quiere explotar mejor el estadio a nivel comercial para generar ingresos adicionales. La apertura del museo, la puesta en marcha del restaurante y un mayor aprovechamiento de los espacios exteriores podrían ayudar a que El Alcoraz sea más rentable y autosuficiente.