España: El Barça no exigirá a Limak pagos por los retrasos del Camp Nou
fuente: EstadiosDB.com; autor: Jakub Ducki
El contrato firmado entre el FC Barcelona y la constructora Limak incluía una cláusula de penalización de un millón de euros por cada día de retraso en la finalización de las obras del Camp Nou. Sin embargo, pese a no cumplir con la fecha límite, la directiva del club decidió no aplicar la sanción. ¿Qué motivos justifican esta decisión y qué implicaciones podría tener para el futuro del proyecto?
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Cláusula de un millón de euros por cada día de retraso
En 2022, Barcelona firmó un contrato con Limak que estipulaba una multa diaria de un millón de euros en caso de retraso en la primera fase de la reconstrucción del Camp Nou. El plazo establecido para completar esta etapa era el 29 de noviembre de 2024, coincidiendo con el 125º aniversario del club.
Desde el punto de vista legal y financiero, la cláusula buscaba proteger los intereses del Barça y garantizar la entrega puntual del estadio. No obstante, a pesar del retraso, el club decidió no hacer efectiva esta penalización.
Razones para renunciar a las sanciones
Aunque la decisión de no aplicar las multas implica renunciar a una inyección financiera significativa, el club argumenta que se basa en varios factores clave:
- Satisfacción con el trabajo de Limak La junta directiva expresó su confianza en la constructora, calificando su desempeño como profesional y destacando la buena relación entre ambas partes. Según Joan Laporta, presidente del Barça, imponer tensiones en la relación podría poner en riesgo los intereses a largo plazo del proyecto.
- Dificultades administrativas El Barcelona reconoció que parte de los retrasos se deben a obstáculos administrativos, como la obtención de licencias y permisos necesarios, que complicaron el cumplimiento del cronograma inicial. La junta teme que, en caso de un litigio, Limak podría argumentar estas circunstancias como atenuantes, dificultando la reclamación de las sanciones.
- Prioridad en completar el proyecto La directiva cree que insistir en las penalizaciones podría generar conflictos que impactarían negativamente en el avance de las obras. El objetivo principal es garantizar la finalización del proyecto en un entorno de cooperación y evitar cualquier retraso adicional.
Además, el Barça argumenta que la normativa de la UEFA, más que los retrasos, condiciona el uso del estadio en los plazos previstos.
Críticas a la gestión de Laporta
La decisión de Laporta de no imponer sanciones a Limak contrasta con otras medidas tomadas por la junta directiva. Por ejemplo, el club mostró una actitud menos flexible hacia un grupo de aficionados con una deuda de 21.000 euros, excluyéndolos de las gradas en Montjuïc. Estas aparentes incongruencias han generado una nueva ola de críticas hacia la gestión de Laporta.
Por otro lado, la selección de Limak como contratista ya había sido objeto de controversia. La empresa ganó el concurso pese a su limitada experiencia en proyectos de esta magnitud, lo que ha levantado dudas sobre la transparencia del proceso de adjudicación y la eficacia en la gestión de este proyecto estratégico.
Complicaciones prácticas en el regreso al Camp Nou
El retorno del equipo al Camp Nou está previsto para febrero de 2025. Este regreso enfrenta varios retos logísticos, como la necesidad de obtener los permisos de seguridad adecuados para reabrir el estadio.
Además, si el equipo regresa en febrero, Limak solo podría trabajar tres días por semana durante las jornadas de partidos, lo que podría prolongar aún más las obras. La gestión de estos plazos y las complicaciones asociadas será crucial para cumplir con las expectativas de los aficionados y mantener la estabilidad financiera del club.
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