De cara al Mundial de 2030, que España co-organizará, el estadio de La Rosaleda en Málaga afronta una renovación integral. Este ambicioso proyecto requiere tomar decisiones clave, entre ellas la posible reubicación temporal del equipo. El Ayuntamiento de Málaga está barajando distintas alternativas.

Modernización de La Rosaleda

El Mundial de 2030, un evento que posiciona a España en el centro del panorama futbolístico mundial, obliga a modernizar La Rosaleda. El hogar del Málaga CF deberá cumplir con los estándares de capacidad y requisitos técnicos exigidos por la FIFA. Sin embargo, este proceso no será sencillo, ya que plantea un queda una incógnita por resolver: ¿dónde jugará el Málaga CF mientras duren las obras?

El concejal de Deportes, Borja Vivas, ya adelantó durante una conferencia de la Billie Jean King Cup 2024 que la modernización de La Rosaleda es un tema recurrente y que parece inevitable que las obras obliguen al equipo a mudarse temporalmente. Las autoridades están buscando la mejor solución, tanto para los hinchas como para el club.

© Junta de Andalucía

Distintas opciones, ninguna ideal

Hay tres escenarios principales. El primero, trasladar los partidos al estadio de atletismo Ciudad de Málaga. El segundo, construir un estadio modular en las afueras de la ciudad. Y el último y menos probable, seguir jugando en La Rosaleda durante las obras. Cada una de estas opciones, no obstante, presenta obstáculos.

El estadio Ciudad de Málaga, aunque sería una alternativa, solo tiene una capacidad para 7.500 espectadores, muy lejos de los 26.500 abonados del Málaga CF. Para que esta opción sea viable, sería necesario aumentar significativamente el aforo, algo que Vivas reconoce como complicado pero no imposible.

Si se hace en el Ciudad de Málaga, la alternativa es completar el aforo lo máximo posible para intentar llegar a uno parecido al de La Rosaleda, señaló Vivas. No obstante, esta opción también plantea dificultades, como compartir el estadio con el Club de Rugby Málaga.

Otra posibilidad es la construcción de un estadio temporal y modular en las afueras de Málaga, siguiendo el modelo del Real Zaragoza. Esta opción permitiría acoger a más aficionados, pero supondría un gran coste y desafíos logísticos. Además, algunos informes sugieren que esta solución podría no cumplir con los requisitos de infraestructura a largo plazo.

© Junta de Andalucía

El club y la ciudad buscan la mejor solución

El entrenador del Málaga CF, Sergio Pellicer, también se ha pronunciado sobre la renovación del estadio y la posible reubicación del equipo. Ha dejado claro que, aunque lo que sea bueno para la ciudad es importante, no se puede pasar por alto el impacto que esto podría tener en el equipo y en su rendimiento semanal.

Como entrenador, lo que queremos es trabajar con las mejores condiciones posibles. Para ello, el día a día de trabajo es muy importante y tienes que contar con unas instalaciones y recursos para estar preparados para el examen. Todo lo bueno que sea para la ciudad, perfecto, pero hay que pensar también que hay un equipo de futbol y lo importante ocurre cada semana en el verde, hay que tenerlo mucho en cuenta, comentó Pellicer.

El técnico teme que un cambio de estadio afecte la calidad del juego y el rendimiento del equipo, lo que podría tener consecuencias negativas en su trayectoria deportiva. A pesar de las preocupaciones, todos son conscientes de que la renovación de La Rosaleda es inevitable y que debe llevarse a cabo con éxito, teniendo en cuenta la importancia del Mundial.

© Junta de Andalucía

Una inversión millonaria

La remodelación del estadio de Martiricos tiene un coste estimado de unos 230 millones de euros, muy por encima de los 150 millones inicialmente previstos. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha asegurado que las tres administraciones implicadas, es decir el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial, están preparadas para afrontar el esfuerzo financiero, aunque no descarta la posibilidad de contar con inversores privados. Además, el consistorio está colaborando con la consultora internacional CBRE, encargada de evaluar el potencial del estadio y su capacidad de atraer capital privado.

Todas las partes implicadas coinciden en que la ampliación de La Rosaleda es fundamental para que Málaga cumpla con los requisitos de la FIFA y pueda albergar partidos del Mundial 2030. El estadio se ampliará a una capacidad mínima de 45.000 asientos y podría incorporar características modernas, como un césped retráctil y un techo desmontable.