Estadio General Pablo Rojas – descripción del estadio

Durante casi 60 años, uno de los clubes más famosos de Paraguay no tenía su propio hogar, jugando en varios terrenos de Asunción. Esto duró hasta que se inauguró su ahora famosa "La Olla Monumental".

El apodo lo dio el creador del estadio y luego presidente del club, el general Pablo Rojas, cuyo nombre tomó el edificio una vez que falleció. El apodo que comenzó Rojas existe hasta el día de hoy y los fanáticos se refieren comúnmente al estadio como La Olla. Durante años también estuvo acompañado por La Ollita, el estadio secundario del club en el extremo norte del gran estadio.

Aunque se llama "La Olla", el estadio en su diseño original de 1970 no estaba completamente cerrado. Había una abertura significativa en la parte sureste debido a una casa cuyo propietario se negaba a vender durante muchos años. Finalmente se llegó a un acuerdo 38 años después de la apertura del terreno y permitió que se erigiera la última sección de gradas en 2009. Debido a tales restricciones espaciales, el estadio nunca logró una forma simétrica y regular, siempre siendo un poco torcido.

Sobrevivió de esa manera hasta 2015, cuando se lanzó la primera reconstrucción completa en la historia bajo el lema de "La Nueva Olla". Se remodelaron algunas de las gradas y el campo de juego se redujo significativamente. Esto permitió la creación de las primeras butacas privadas a nivel de campo en Paraguay debajo de la primera fila de asientos en la tribuna principal.

La tribuna principal de La Ollita fue demolida para agregar una grada superior de 5000 asientos en la tribuna norte, mientras que se creó una grada superior ligeramente más pequeña sobre las tribunas este y sur. La tribuna principal ganó una cantidad sustancial de espacio de planta y docenas de nuevos palcos, que desempeñaron un papel crucial en la financiación de todo el esquema. Si bien se suavizó significativamente, el estadio sigue siendo asimétrico hasta hoy.

Es interesante que 40 miembros de los grupos de "barras" del club trabajaron durante 18 meses en la construcción del estadio en una campaña publicitaria que ayudó a su imagen y creó un vínculo más fuerte entre los fanáticos y su tierra sagrada.