Bloomfield Stadium – descripción del estadio

La colocación de la primera piedra del nuevo estadio en Tel Aviv tuvo lugar en septiembre de 1960. La financiación fue proporcionada por organizaciones benéficas judías canadienses, principalmente por la familia Bloomfield. De ahí el nombre, que hasta la fecha honra a Louis M. Bloomfield y Bernard M. Bloomfield. El primer partido en el estadio fue el derbi de Tel Aviv entre Hapoel y Shimshom en octubre de 1962. Sin embargo, la apertura oficial tuvo lugar más tarde, ya que Hapoel se enfrentó al Sportsclub Enschede de los Países Bajos en diciembre del mismo año.

Hapoel es el único club que ha albergado todos sus partidos aquí desde el principio. En el año 2000, el club fue acompañado por sus rivales locales Maccabi y en 2004, Bnei Yehuda también comenzó a jugar en Bloomfield. Con amplias modernizaciones en 2010 y 2012, el estadio fue calificado como un recinto de Categoría 4 por la UEFA, lo que permitió albergar partidos de la Liga de Campeones y la Eurocopa Sub-21 de 2013. Sin embargo, esto resultó insuficiente a largo plazo, lo que llevó a una reconstrucción completa del estadio ya en 2015.

A diferencia de las estrategias elegidas por la mayoría de las otras ciudades israelíes (construir nuevos estadios en áreas previamente vacías), en Tel Aviv se prefirió expandirse en el lugar del histórico recinto, considerado por algunos como un "templo". La forma del edificio fue determinada por dos factores cruciales. En primer lugar, la ciudad decidió conservar las gradas existentes y construir sobre su diseño. En segundo lugar, hay dos calles que pasan justo detrás de cada portería, lo que significó que el estadio tuvo que crecer principalmente hacia los lados oeste y este.

Basándose en el diseño histórico de las gradas, Bloomfield recibió una estructura única de asientos, que no es igualada por ningún otro estadio. Las gradas tienen una sola fila a lo largo de los lados oeste, sur y norte, mientras que la tribuna este tiene dos filas. Durante el trabajo en el diseño, fue posible aumentar la capacidad más allá de los deseables 24 000, lo que resultó en la instalación de más de 29 000 asientos al final. Una gran ventaja de este diseño es que los aficionados tienen una excelente vista del campo y de otros seguidores, independientemente de dónde se sienten.

Además, la tribuna oeste recibió la infraestructura de hospitalidad tan esperada. No se limita solo a 10 palcos temáticos, ya que a largo plazo, el estadio podrá albergar eventos para hasta 1000 personas dentro de esta tribuna. Las principales áreas de circulación de la multitud se elevaron por encima del nivel del suelo, dejando el espacio necesario para usos administrativos y técnicos, así como evitando cercas perimetrales innecesarias con éxito.

Aunque el estadio no tiene un dosel que cubra todos los asientos, sí cuenta con dos travesaños masivos que se encuentran por encima de la grada. Actualmente llevan las luces y una cubierta parcial de la tribuna oeste, sin embargo, en el futuro podrán soportar el peso de un techo más completo. Hasta entonces, los travesaños se convertirán en el punto más alto del estadio, alcanzando los 39 metros de altura. Pero visualmente, el elemento más impresionante es el revestimiento blanco angular que envuelve el estadio, dándole una forma única y casi simétrica.

Curiosamente, el estadio se construyó sin estacionamiento adicional, a pesar de aumentar su capacidad de más de 14 000 a 29 000 asientos. Debido a la falta de espacio alrededor, solo se creó lo mínimo necesario para dar servicio a la tribuna oeste. A corto plazo, se utilizarán estacionamientos secundarios junto con autobuses lanzadera, mientras que a largo plazo se planea que el tren ligero de la ciudad llegue al estadio.

La reconstrucción comenzó en 2016 y se esperaba inicialmente que terminara en 2018. Sin embargo, durante las obras surgieron una larga lista de problemas y el proyecto se retrasó varias veces. Incluso después de reabrir en la segunda mitad de 2019, el edificio no estaba completo. Su revestimiento blanco se entregó solo durante la pandemia de 2020. Junto con los desafíos, el costo del edificio aumentó de 350 millones de shekels a 500 millones.